Los Volkóv son una familia de magos rusos de sangre pura, muy arraigada. Componen la realeza rusa. No se puede decir que la familia siempre haya sido parte de la realeza, pero siempre ha estado mucha relación con esta. Nadia Vulchanova era hija ilegítima que Aleksandr Nevski tuvo con la bruja Dasha Vulchanova, al servicio de la realeza rusa desde los quince años. Por tanto Nadia era medio hermana de Daniil Aleksándrovich, el primer príncipe de moscú. Nadia fue condenada al exilio junto a su madre y se marchó a Bulgaría, donde años más tarde fundaría el Insituto Drumstrang, donde los magos de todo el mundo estarían protegidos por su amparo. Los Vulchanov permanecieron en Rusia a pesar del exilio de Dasha. En 1400, la nieta de Nerida, Inna, apasiaonada del mundo de las sirenas y su estudio regresó a Rusia para apoyar al rey Iván III  El Grande. Allí se casó con el mago Misha Metanov y permaneció hasta la llegada del Periodo Tumultoso cuando tuvieron que volverse a marchar del país. La historia de la magia en Rusia siempre ha estado marcada por los períodos históricos de los muggles que manifestaban admiración y a su vez horror por la magia. Esta familia ha sido durante siglos profundamente matriarcal. Con la llegada de los Romanov la paz se asentó para los magos y desde entonces los Metanov fueron muy bien recibidos por la familia real muggle, pasando generación tras generación de magos por los palacios de Rusia y San Petersburgo. Es famoso el romance entre Catalina la grande y Grigori Potemkin, descendiente de los Metanov. 

Con el desarrollo de la compleja historia de Rusia y la relación de los llamados Nobles Mágicos, por la relación de esta familia de magos con la realeza muggle, se llegó a el último zar,  Nikolái Románov. Al servicio de este zar estuvo el mago ruso más conocido por magos y muggles Grigori Yefímovich Rasputín, quien se había casado con  Praskovia Fiódorovna Dubróvina, heredera de los Metanov, fue Rasputín quien emuló a Nadia Vulchanova y fundó el Colegio Koldovstoretz en los Montes de Stanovoy, para asegurar a los magos rusos bajo cualquier situación de conflicto, de ahí la fuerte fortaleza que los rodea y los múltiples encantamientos que lo protegen. Como todo el mundo sabe los Románov fueron derrocados y asesinados, al igual que Rasputín. Los años más oscuros llegaron tanto para muggles como para magos, pero la mayoría de magos vivieron mejor suerte que los muggles y se asentaron en los alrededores de Koldovstoretz, ese palacio que había construído Rasputín para su pueblo, en la aldea de Perm. Los magos rusos siempre se han sentido muy ofendidos por los falsos rumores y la imagen que los muggles del gobierno comunista proyectaron de Rasputín, para ellos es considerado un gran hombre al que deben la continuación de su existencia.

Matryona Grigórievna Raspútina , la única hija viva de Rasputín, trató de ayudar a la pequeña hija de los Romanov a escapar, Anastasía y emigró con ella y su marido, el también mago y experto en hipnosis Borís Soloviov. Escaparon a París donde vivieron durante años. Finalmente Anastasía murió y durante años se especuló con que la hija de María y Boris era en realidad hija de Anastasía y que estos la habían dado su nombre tras la muerte de esta, pero ni la familia ni nadie lo confirmó nunca y por supuesto de ser así se desconoce el nombre y el origen del padre de la criatura.

La hija de los Soloviov se llamó Tatiana Soloviova, estudió en Beauxbatons, lejos de la tierra de sus padres y compartió colegio con la que más tarde sería profesora del colegio, Olympe Maxime, aunque esta era unos años mayor. La vida de lujo que llevaron sus padres hasta su muerte llevaron a la familia a la ruina, a pesar de todo el dinero y joyas que habían llevado desde Rusia a París, la mayoría de estas fueron robadas del Palacio de Invierno.

Tatiana viajó a las tierras altas de Escocia durante el Torneo de los Tres Magos de 1948, teniendo diecisiete años, recién graduada. Allí conoció a Vladimir Plot, un mago que tenía una tienda de fontanería en Hogsmeade y había emigrado a Gran Bretaña, no sin mucho esfuerzo, tras lo cruenta que se estaba volviendo la vida en Rusia. En realidad el apellido Plot lo había recibido en Gran Bretaña debido a lo poco común del original, Volkóv. Tatiana se quedó en Reino Unido y se casó con Vladimir. Tuvieron tres hijos: Sacha, Nikolái e Inna. En 1970, con el estallido de la I Guerra Mágica, Tatiana se sintió asustada y decidió marcharse a Ucrania con su familia, a pesar de saber que la situación allí tampoco era la mejor, debido a que el país formaba parte de la URSS. Sin embargo ella y su familia, amparados por el apellido Rasputín, fueron muy bien recibidos y cobijados en el Castillo de Zbarazh por la familia Andersen. Tatiana, una mujer de firmes convicciones tuvo que lidiar con el déspota e insinuante Magnus Andersen durante años, a pesar de ser años mayor que él. Enviudó a los 67 años pero a pesar de esto trato de que su familia siempre estuviese a salvo.

Su hija Inna se convirtió, para su desgracia, en una de las amantes de Magnus y tuvo un único hijo con él, Donovan. Por suerte, al contrario de su hijo Sacha, que fue asesinado a sangre fría por Magnus, Nikolái cayó en gracia de Magnus, quien le casó con su primera hija. la única que tuvo con su primera mujer: Irina. Con el estallido de la Revolución de los Magos del año 2000 todos murieron, tan sólo Nikolái e Irina pudieron huir con sus dos hijos, el pequeño Aegar y la recién nacida Ksenia. Paradójicamente la paz había llegado a la tierra de los Vulchanov, los Metanov y los Volkóv, la tierra de la que habían sido condenados a huir durante siglos. Los Volkóv se asentaron en el antiguo Leningrado, la refundada San Petersburgo, la ciudad que había visto revueltas de todo tipo, muerte, hambre, cazas de brujas, imperialismo, comunismo, socialismo y por fin paz, la paz que respiró la familia la primera vez que vio el Jinete de Bronce, los palacios, los jardines, Los Campos de Marte y la Catedral de San Isaac. Nikolái había escuchado tantas historias sobre su pasado que se le hacía increíble ver todo aquello por primera vez.

La familia se asentó en un antiguo caserón a las afueras de la ciudad que había sido una oficina del estado. Cuando los magos de Perm comenzaron a asentarse en otros puntos del gran país y llegaron otros desde Ucrania la comunidad comenzó a reconstituirse y organizarse y Nikolái decidió tomar parte en ello. Ayudó con la refundación de la comunidad con los conocimientos adquiridos durante los años, las historias de su madre y de su abuela, ocupó numerosos puestos en la administración hasta ser nombrado miembro de la realeza mágica rusa, príncipe de San Petersburgo y I Cónsul Ruso. Le dio a su familia una nueva tierra llena de prosperidad y crió a sus hijos en paz.

En 2016 fue nombrado embajador de su país y fue enviado a Gran Bretaña a vivir con su familia, en representación del gobierno ruso. Al llegar allí Irina se sorprendió al saber que su medio hermana Morgana estaba viva y que se había casado con Rodolphus Lestrange, constituyendo su primer imperio. Del mismo modo la familia de su medio hermano Nikolaj también estaba viva y era próspera y su sobrino y medio hermano, hijo de su propio padre y su cuñada Inna, Donovan, formaba parte de los Lestrange. 

La familia se asentó en un gran palacio en Edimburgo, en Peacke's Ville, coronaron la finca con un gran caballo de bronce en recuerdo del Jinete que presidía San Petersburgo y este se convirtió en el emblema de la ciudad. Al saber del desenlace de la vida de Nikolaj Jonxey, Nikolái se obsesionó con saber que había ocurrido y así fue como descubrió la Hermandad del Cuervo, fundada por su cuñado y lo que esta escondía, se puso en contactos con magos de toda la Europa del Este y reconstituyó la organización con el mismo objetivo que había tenido su hermano, acabar con los Lestrange y su pugna de poder. Complice de su cuñada Jacqueline y falso aliado de los Lestrange lleva desde entonces al frente de la organización, golpeando con fuerza la Comunidad cada vez que lo cree conveniente.

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